
Precisamente, el dios Eolo no faltó a su cita con la Vuelta a Murcia, y complicó el discurrir de esta segunda etapa, hasta el punto de ir neutralizada hasta a falta de 3 kilómetros para arribar a la meta de Caravaca.
Pedro José Vera se sirvió de una fuga en solitario tan solo pocos kilómetros después de darse la salida lanzada en las Torres de Cotillas, con claras miras puestas en cruzar por delante bajo la pancarta de Cieza, de modo que se consolida al frente de la clasificación provisional de las Metas Volante, a la vez que continúa segundo en la del Gran Premio de la Montaña, debido a que, dentro del tramo neutralizado, estaba incluída la subida al alto del Campo de San Juan, por lo que no experimenta modificación alguna su clasificación.
"Ha vuelto a ser una gran jornada para mí, y para el equipo, ya que mantengo el liderato de las Metas Volante, pero nos queda ese mal sabor de boca que nos dejó el pinchazo de Benítez, muy cerca de la disputa del esprint final. Para mí también es muy emotivo recibir ese bonito trofeo (una centenaria olivera en bronce envejecido) que simboliza la memoria del añorado Mariano Rojas. El caso es que había que seguir dando guerra, y así lo hemos hecho, hasta que se decidiera con acierto netralizar el resto de etapa, una vez que ya se había decidido además acortarla, pero es que, para salvaguardar nuestra seguridad, era necesario. Mañana toca enfrentarse a una cronometrada que puede resultar buena no solo para el especialista del equipo, Eloy Teruel, sino también para Aitor Pérez, y por qué no, para José Herrada, o para mí; por lucha no va a quedar", expresó Vera en Lorca.
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